Una ciudad sitiada en pleno agosto, tras varios años de guerra y en el siglo XIX no es el mejor lugar para dar a luz, pero la naturaleza manda, y la delicada condición de Melania impide que Escarlata, atada por la promesa que le hizo a Ashley, pueda salir de Atlanta para olvidarse de todo en Tara.
Sus responsabilidades aumentan a medida que decrece su guardarropa y el vestido de percal color lavanda va a ser su única prenda a partir de ahora y el que más tiempo esté en pantalla en Lo que el viento se llevó.
Con él puesto detiene a un jinete confederado que le confirma que lo mejor que puede hacer es salir enseguida de la ciudad. Ahora Escarlata ya no lleva miriñaque, intenta estar más fresca abriendo el cuello del vestido hasta donde la decencia lo permite y lleva los puños también enrollados para procurar que el aire circule.
Este parece ser todavía el mismo ejemplar del vestido de la secuencia con Melania en el hospital y el encuentro con Belle, pero con esos pequeños cambios ya tenemos la impresión del paso del tiempo y de los rigores de aquellos meses.
Escarlata decide partir, pero no cuenta con que Beau está ya en camino, como comprueba cuando sube a la habitación de Melania. Envía a Prissy a buscar al doctor Meade y le da un poco de charla a su cuñada… hasta que se convence de que debe ir a por el médico ella misma.
Una vida en secreto
Hace 45 minutos
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